¡Todo el mundo habla de las impresoras 3D! Cada día, se descubren nuevas aplicaciones para esta tecnología que parece estar revolucionando varias industrias. Desde la creación de prótesis e implantes hasta la impresión de filetes, las posibilidades parecen ser infinitas, pero ¿cómo funciona exactamente la impresión 3D?
Para comprender el concepto de una impresora 3D, pensemos en un dispositivo capaz de crear objetos físicos sólidos tridimensionales mediante la adición progresiva de capas de material. Esto significa que puede fabricar un objeto sin necesidad de moldes.
La principal diferencia entre los métodos tradicionales de fabricación y la impresión 3D radica en cómo se manipula el material. Mientras que en los métodos tradicionales se elimina el material sobrante para modelar el objeto, en la impresión 3D se utiliza únicamente el material requerido, lo que conlleva a importantes ahorros y menor contaminación.
Para operar una impresora 3D, primero necesitamos un archivo generado por software de modelado 3D como Autodesk Inventor, Solidworks o Catia, que proporciona las instrucciones sobre las coordenadas para crear el objeto. Estos archivos se transfieren a la impresora 3D a través de USB mediante un pendrive o memoria, o mediante conexión directa a la PC. Los diseños para los objetos pueden ser creados por el usuario o descargados de sitios especializados.
Una vez seleccionado el archivo, se carga el material de impresión adecuado, que varía según la tecnología de impresión 3D utilizada. La tecnología más común es la Deposición de Material Fundido (FDM), que emplea plásticos ABS o PLA. El material se alimenta en forma de rollo y se funde en el extrusor de la impresora, que lo deposita capa a capa para formar el objeto.
Luego, se inicia la impresión y la impresora 3D comienza a trabajar, retirando el objeto una vez que el material se ha enfriado adecuadamente.
Aunque el funcionamiento de una impresora 3D pueda parecer sencillo, la tecnología detrás de estos dispositivos es muy compleja. Se utilizan sistemas mecánicos y electrónicos sofisticados para garantizar la precisión en la reproducción de los diseños. Sin embargo, para el usuario final, la operación de una impresora 3D es bastante simple: solo necesita asegurarse de cargar el material de impresión adecuado y enviar el diseño para ser impreso.
Esta facilidad de uso se aplica a todas las tecnologías de impresión 3D disponibles en el mercado. En esencia, el principio de funcionamiento es el mismo, como se puede apreciar en el siguiente video.